viernes, 15 de julio de 2011

MANGOS Y MICHELADAS


Ya desde el Aeropuerto a punto de embarcar en el vuelo de regreso a mi Almería natal os comento algunas otras cosillas, en esta ocasión y aunque sea al final me dedicare un poco a una de las costumbres que más sorprende y que se disfruta en este extenso y variado país, que es la comida y la bebida. Además del consabido y repetido “chile” que hace que comer sea, en algunas ocasiones, una aventura de riesgo. Una vez que uno conoce como controlar ese elemento de riesgo, con unas pautas sencillas, se puede disfrutar de las comidas con plenitud. Las dos recomendaciones esenciales para protegerte del picante son: no hacer caso ni a camareros ni mexicanos cuando te dicen que pica “un poco”, ese poco para un estómago europeo es muchísimo (lo puedo asegurar), y en segundo lugar no probar lo que aparenta ser un inofensivo pimiento en cualquier plato, realmente es chile pero se camufla bajo la apariencia de un pimiento. Además en estos casos hay que ampliar la cautela a todo aquello que haya estado en contacto con el mismo. Y muchísimo cuidado con las salsas que te ponen en la mesa, algunas son auténticas bombas de relojería, hay que probar una milésima parte de la misma y entonces decidir. Aquí tenéis una imagen típica de las salsa que están en todas las mesas mexicanas, normalmente la roja es mucho más picante.


Pero hablando de lo que yo más voy a echar de menos he de comentar en primer lugar las frutas, las aguas de frescas y el pan dulce. La variedad de frutas es tremenda y el precio muy asequible, lo que me tiene alucinado desde le primer día hasta hoy mismo han sido los mangos. Es la fruta más presente en todos los mercados y rincones de la ciudad, la venden en cualquier esquina y a menos de un euro los dos kilos. Yo no sabía que existen tantas variedades: el más común es el “Ataulfo”, amarillo, de tamaño mediano y esta riquísimo, la denominación de origen del mismo esta en Chiapas donde, según me cuentan, los mangos se caen de los árboles y casi te los regalan. El “Manila” es muy parecido al Ataulfo pero más chiquito y esta igual de rico. El “Petacon” (así se denomina a la persona que tiene el culo prominente) y que es el que se consume en España, aca se suele utilizar para las aguas frescas ya que es menos sabroso. El “Paraíso” que es como el que se comercializa en España, pero más chiquito. Estas son las cuatro variedades más comunes en México, al menos en Puebla.


Del resto de las  frutas también son un lujo las papayas (muy económicas), las piñas, los plátanos, que tienen un sabor más intenso y hay una variedad de unos que son chiquitos, muy dulces y que tiene un tamaño que es más adecuado para una persona sola, se les conoce como dominicos. También sorprende el color de la tuna (nuestro higo chumbo), verde, pero esta maduro pese al color.

El Mamey, una fruta que yo no conocía, es de un tamaño similar al del mango, pero exteriormente es marrón oscuro, con una piel dura, la pulpa es anaranjada y el hueso como el del aguacate pero alargado, su sabor me recuerda al boniato, lo utilizan mucho para hacer helados. Os muestro un vendedor callejero de Mameys en Apicazo, a 10 pesos del kilo (aproximadamente 60 céntimos de euro). Es una fruta menos común y para encontrarla hay que ir a los mercados más tradicionales.


Y que contar de las panaderías como lo tienen organizado hacen que, al menos yo, siempre compre de más. Os cuanto, cuando entras debes coger una bandeja de unos 40 centímetros de diámetro y unas pinzas metálicas de unas 20 centímetros de largo con las que vas cogiendo lo que quieres. Yo no me puedo contener y hasta que no veo la bandeja medio llena no paro de poner pan y dulces. Ayer pase por mi pastelería favorita “La Flor de Puebla”, que esta en la 3 sur con la calle Reforma, muy cerquita del zócalo, y he comprado bizcocho de elote (maíz), pan relleno de queso, magdalenas y alguna otra cosa que hasta que no la pruebe no sabre de que se trata en realidad. Acá le llaman “pan dulce” a lo que nosotros llamamos bollería casera y la consumen a todas horas, de echo muchos poblanos comen con “pan dulce”, se puede decir que está un poco enganchados. La foto es un puesto callejero de panes dulces que son contemplados por Manolo.


También los mercados y las puestos callejeros son una pasada. En los mercados se mezcla de todo, se vende de todo, desde artículos de papelería, carne, cerámica, puestos de comida, pescado, frutas, flores……. Todo mezclado sin una organización aparente, únicamente se suele apreciar una agrupación de los puestos de comida. Yo voy a comprar a uno chiquito que hay cerca de casa donde hay vendedores que son a la vez los que cultivan lo que venden, acá aún perdura esa práctica de vender lo que se produce directamente, que antes era a modo de trueque, lo que tienen la gran ventaja de que los productos (nopal, acelgas, manzanilla fresca, cebollas, elote……) que venden no pueden ser más frescos. La prímer imagen es de mi mercado en Puebla.

Por último comentaros la costumbre de las aguas frescas, que son jarras de agua con un poco de zumo. La más habitual es la Jamaica, que es una bebida de infusión de hibiscus, de color rojo y que fresquita esta muy rica. Además suelen tener variedad de frutas como el mango, limón, naranja, papaya… en cada restaurante has de preguntar que agua fresca tienen, ya que la cambian casi a diario.


La cerveza es muy variada, en relación a las lager (rubias suaves) están la dos X, la Victoria, la Pacífico, La Sol y La Corona (que no Coronita, como en España aunque es la misma). Ya en las negras es muy común la negra Modelo de mucha calidad. Pero lo que sorprende realmente es como toman las cervezas, es muy habitual que las pidan en “cheladas” o “micheladas”. Pese a que no esta claro que es cada cosa (en cada bar hay que preguntar cual es cual) intento explicaoslo. La “chelada” es que junto a la cerveza que hayas elegido te traen un baso con un poco de zumo de limón y el borde del baso mojado con sal para que te sirvas la cerveza en el baso, quizás sea la mezcla más fácil de beber para un europeo. La “michelada” es mucho más intensa y fuerte ya que a la anterior mezcla le añaden una serie de salsas (salsa picante, salsa inglesa, salsa tabasco, jugo sazonador, chamoy…) entre el que se encuentra, como no, el chile. A mi me parece que desvirtúa mucho el sabor de la cerveza y que es demasiado fuerte para mi sensible estómago. No me puedo olvidar el “clamato”, que es una especie de michelada pero con zumo de tomate y ostión lo que le da un sabor a almeja. Pese a ser tan fuerte para ellos suele tener fama de que es buena para la resaca. Para mi la favorita es La Pacifico, que es una cerveza rubia suave. El precio de la cerveza al igual que en otros países latinoamericanos es cara si la comparamos con el precio de la comida, no guardan la misma proporción que en España. Un tercio de La Pacífico en la tienda cuesta 10 pesos (sobre 60 céntimos de euro) y en un bar entre 20 y 30 pesos (entre 1.5 y 2 euros).

Seguramente este mensaje algunos lo leáis cuando ya este por Almería, puede que nos hablemos y nos veamos pronto.

Aunque comentare algo más sobre esta experiencia quiero darles las gracias por su compañía. Aunque haya sido mediante mensajes, que os aseguro que en la distancia son esenciales y ayudan a sentirse acompañado, aunque sea a nivel planetario.

domingo, 10 de julio de 2011

MAZUNTE

Ya de regreso en Puebla la verdad es que los días vividos en el Pacífico han sido muy especiales. Ya comente que el lugar es un paraíso si lo que se busca es el descanso y el contacto con la naturaleza. Mazunte, debe su nombre a un cangrejo azul que abundaba en estas playas, puedo decir, que desde mi punto de vista, es una de las playas y entornos naturales más bonitos de México. En un asentamiento que esta plenamente integrado en la naturaleza y desde cualquier rincón del mismo disfrutas de la misma. No puedo evitar mostráros nuevamente la imagen que tenía cada día desde la terraza de la habitación.




La playa principal de Mazunte esta plagada de actividad, desde bares y restaurantes con sus mesas y sillas en la arena, a muchachos con tablas practicando una especie de windsurf, pero que entran corriendo desde la playa, pescadores cuidando y reparando sus redes.


También un padre mostrando y enseñando a sus hijos los trucos y recomendaciones para aprender a manejarse con seguridad en un mar con muchas olas, como el del Pacífico.




Los originales del pueblo mantienen sus tradiciones, entre la que se encuentra la pesca, muchos se acercan a los acantilados desde donde pescan unos peces que se parecen a los peces espada chicos (no se como se denominan acá). La imagen de estos hombres y mujeres entre las rocas, casi verticales, impresiona realmente. La zona mejor para esa pesca son los acantilados de Punta Cometa, que es la que se encuentra más al sur de todo México. El acceso a este lugar se realiza por un sendero precioso en el que el comienzo esta repleto de vegetación, hasta que de pronto aparece el mar. Es un lugar al que también se suele acudir para ver las puestas de sol.



El hotel El Copal, donde me aloje se ubica en la playa Mermejita, a un kilómetro al norte de Mazunte. Es una cala casi desierta, en la que además del hotel únicamente existen unas cuantas cabañas que son viviendas privadas. En la playa de vez en cuando se ve a alguien pasear a lo largo de la playa o bañarse, su longitud es de casi un kilómetro lo que permite unos paseos al amanecer y atardecer muy agradables. Además bañarse en esta agua del Pacífico, que esta a una temperatura perfecta ha sido un placer. En la mayoría de los baños los únicos compañeros han sido los cangrejos que, cuando te tumbabas o quedabas quieto, empezaba a asomarse y salir de sus pequeños agujeros llenando la playa de pequeños rastros con sus rápidos y laterales movimientos.


Los atardeceres son impresionantes, la pena es que casi todos los días hubo nubes y no pude ver el sol ocultarse en el horizonte, pero si un poco más arriba, tras las nubes, pero la sensación era igual de imponente.


Todos los pequeños pueblos de esta costa de México son chiquitos y se dedican a un turismo que, evidentemente, no es de masas en el que predominan los mochileros. En casi todos los pueblos abundan los alojamientos de muy bajo coste, en los más baratos se duerme en hamacas junto a la playa, dudo un poco de la comodidad de estas “camas”, pero hay muchos mexicanos que si están acostumbrados.

El hotel es ecológico, por lo que respeta plenamente el entorno natural en el que se ubica, como podéis percibir en las fotos. La energía solar proviene de placas solares que se ubican en la misma propiedad. En las habitaciones únicamente hay un punto de luz, no hay enchufes, y te recomiendan usar velas para consumir la menos energía posible. En el restaurante hay un único enchufe para recargar los celulares (que no es muy necesario ya que no ha cobertura) o los portátiles (que aca las llaman lap-top). Todos los residuos se reciclan “in sity”. Quizás en este sentido lo que más me ha sorprendido es lo que aquí denominan el “wc seco”, que consiste en un inodoro en el que los residuos se convierten en abono natural. Todo consiste en que cada vez que se utiliza en vez de agua se ha de verter un poco de ceniza y de serrín, que colocan en unos cubos al lado del inodoro. Espero que las huellas que haya dejado allá sean, únicamente, las que se ven en la imagen.


Los desayunos en el restaurante se eterizaban ya que no me quería ir de esa terraza cubierta  de palapas, en el que corría una brisa refrescante y el café sabia a gloria.

Pero el regreso era obligatorio y el avión desde Huatulco no me permitía retrasar la partida, que si lo hubiese podido realizar no dudéis que hubiese alargado la estancia un poco mas. El regreso era a México DF donde me esperaba un amigo mexicano que conocí en Almería y me invito a cenar y dormir esa noche en su casa. A la mañana siguiente, el miércoles 6 de julio, regrese a Puebla en autobús e impartí mi penúltima clase del Curso, en esta ocasión sobre protección del patrimonio edificado.

Este fin de semana ando, de nuevo en Guanajuato, ya que he venido aca con mis últimas visitas españolas, y mañana nos vamos a los pueblos del entorno del lago de Paztcuaro y luego a dormir a la ciudad de Morelia, ciudad que es Patrimonio de la Humanidad. Ya estoy inmerso en la última semana de esta aventura, así que muy pronto nos veremos por allá.

lunes, 4 de julio de 2011

PUERTO ESCONDIDO



Vaya lugar maravilloso, ya me ha sorprendido desde el avión y después de disfrutarlo sólo espero que pueda continuar siendo lo que su nombre indica un “Puerto Escondido”. Os voy a ir poniendo fotos que he tomado el sábado y el domingo que creo os dará una idea más real de lo que os cuento.

Y os preguntaréis que es lo que me ha traído hasta este lugar, pues al igual que mi primera escapada individual de Puebla está que será la última de mi estancia en México se debe a los recuerdos del viaje que hice con Sepe, José y Pablo hace tres años a la parte sur de este país. En aquel viaje en varias ocasiones nos planteamos la posibilidad de acercarnos a la costa del Pacífico Mexicano, que parecía que se había salvado de las macro urbanizaciones de otros litorales.


Siempre he mantenido esa curiosidad y necesidad de empaparme en un litoral más limpio, sin mucha actividad humana y en el que creo que el cuerpo se llena de energía y calma. En principio me plantee venir en autobús, pero desde Puebla son 12 horas y por carreteras de montaña, por lo que me aconsejaron que tomara un avión. Hace unas semanas me compre un billete de avión desde ciudad de México hasta Puerto Escondido, en principio me venía el viernes pero la llegada se tuvo que retrasar por los efectos colaterales del huracán Alex, el primero de la temporada en el Golfo de México. El huracán que no ha sido tan devastador como parecía provoco muchas lluvias en Puebla y México DF, afectando a la carretera con conecta ambas ciudades y no pude llegar al DF hasta el sábado por la mañana. Después de un vuelo en un avión de hélices, igualito a los de Airnostrum de Almería. La llegada fue muy bonita a un mini aeropuerto y un pueblo muy controlable.


Estoy alojado en el Hotel Arcoiris, en la playa de Zicaleta de Puerto Escondido. Playa que es conocida por sus legendarias olas a las que se llama “el tubo mexicano”, por lo que esta plagado de surfistas de todo el mundo. Pese a ser un destino esencialmente de americanos es my agradable la estancia por sus playas, se percibe un ritmo muy pausado y las playas son muy disfrutables, aunque hay que tener mucho cuidado con las corrientes, que dan más de un susto a los atrevidos. 


En la ciudad, de 30.000 habitantes, el verde esta presente en todos lados, es una vegetación exuberante, llena de cocoteros y plantas tropicales (flor de paraíso...).


Quería haber estado dos noches pero ya tenía reserva en el Hotel El Copal en Mazunte, un pequeño pueblo a unos 50 kilómetros al sur de Puerto Escondido. El viaje hasta el cruce de Mazunte ha sido otro disfrute, por unas carreteras rodeadas de verde y de vez en cuando cruzando ríos llenos de aguas rojas, por el arrastre de tierras que han provocado las recientes lluvias. 


Y ya en el cruce tenía que tomar un Taxi o una Camioneta y después de varios desacuerdos con los taxistas me he montado en una camioneta, es una manera muy divertida de viajar. Es una camioneta de esas que vemos en las películas americanas en las que en la parte de atrás (que esta descubierta) ponen unos asientos y hay te metes entre mexicanos. Hoy comentan lo mal que esta la economía y su incertidumbre sobre los efectos de la imparable subida de a gasolina (que acá cuesta la mitad que en España, pero no se entiende teniendo en cuenta que es un país productor de petróleo). Si puedo en mi regreso repetiré esta experiencia tan particular.

En estas playas del entorno de Mazunte hasta que se prohibió la caza de tortugas en 1990 se realizaban auténticas carnicerías de tortugas en las que mataba a casi 50.000 ejemplares para comercializar su carne y sus caparazones. Afortunadamente esa práctica ya ha desaparecido y ahora viven del turismo sostenible.

Concretamente mi hotel, que esta un poco alejado del pueblo, se ubica en un lugar privilegiado; en una colina inmerso en la selva y frente al mar, frente a una cala casi desértica, con unas vistas y sonidos del pacífico que difícilmente se me olvidaran. Este hotel es ecológico, en el que el respeto de la naturaleza es esencial. La luz se consigue con  placas solares, no hay agua caliente (que tampoco es necesaria por el clima), y los residuos son nulos. Las duchas están en el exterior, en plena naturaleza disfrutando de las vistas del bosque y la playa. Merece mucho la pena la experiencia. En la foto el hotel son las cabañas que podéis ver entre la vegetación.


Anoche cene en el restaurante del hotel, ya que la distancia y el clima; estaba a punto de empezar a caer el diluvio, ya se escuchan los truenos, que al final se quedo en una noche de truenos y rayos que iluminaban el cielo. Me quede sólo en la terraza del restaurante hasta las diez de la noche, donde tienen un sofá desde el que disfrute de las imágenes, acompañado de luciérnagas que me rodeaban por todos lados. Hacia muchos años que no veía estos diminutos y luminosos insectos que me dejan atontado. Tengo la sensación de estar en el paraíso y desde este, mi paraíso particular, por dos días me despido. 


Aunque creo que con la luz del día tomare fotos que necesitare compartir y además Mazunte y El Copal se merecen sus propios comentarios.

lunes, 27 de junio de 2011

COATEPEC Y XICO


El fin de semana pasado me quede de nuevo en Puebla; el sábado por la tarde fuimos al Centro Cultural de la BUAP y el domingo nos fuimos a Xalapa.

El sábado, después de estar por la mañana en el departamento en tareas puramente domésticas, por la tarde me fui con Pati, su Albert y la Dina a dar una vuelta por la ciudad. Primero fuimos a una “plaza”, que es como llaman aca a los centros comerciales compuestos por diversas tiendas que es un poco más pequeño que un centro comercial típico. Desde el exterior de la “plaza” tome unas fotos de unos vendedores de flores en los cruces de las calles, en los que se suelen situar payasos, vendedores, limpia cristales…….


Después nos acercamos al Centro Cultural de la BUAP (mi Universidad aca), la verdad es que es un centro muy contemporáneo y, teniendo en cuenta su ubicación y composición parece que te trasladas a otra ciudad. Se ubica en “Angelópolis”, que es la nueva zona de equipamientos comerciales, lúdicos y educativos de Puebla. En el Centro Cultural se desarrollan los actos públicos de la Universidad (como la entrega de diplomas), así como todas aquellas actividades vinculadas con la cultura (danza, música, pintura….). Fuimos a ver una exposición de Jorge Marín, un pintor y escultor mexicano. La exposición se denomina “El cuerpo como paisaje”, que se compone de esculturas donde destacan las alas, máscaras, caballos y acróbatas; en el que el juego con la gravedad esta muy presente. Os adjunto una de las imágenes que pude tomar en la exposición.


En el patio del Centro también existe una exposición titulada “Live”, que se compone de unos corazones de múltiples colores y composiciones.


Uno de los corazones con más referencias mexicanas era el que estaba pintado de chiles, que al ser pura pintura nos atrevimos a intentar darle un bocado en grupo.


Cuando ya llevas un tiempo aca es fácil repetir lugares, sobre todo en el entorno de la ciudad donde resides. Ya lo hice con Oaxaca y el pasado domingo fui de nuevo a Xalapa, mi primera escapada cuando llegue. Realmente habíamos planeado una excursión a Taxco, que nos habían comentado que es una ciudad preciosa al sur del DF, pero a Pati y Albert les surgió un pequeño problema y tuvieron que ir a Xalapa a arreglar unos asuntos, y como son ellos los que disponen de “carro” pues todos a Xalapa de nuevo. Tienen un restaurante en Xalapa que se llama Las Carnitas, si alguien visita la ciudad os lo recomiendo ya que se come muy muy bien. Salimos muy temprano de Puebla y después de un viaje de un poco más de dos horas llegamos y desayunamos en Las Carnitas, yo me tome unos huevos a la mexicana que me sentaron muy bien. Os muestro una imagen de Pati en la puerta de su restaurante invitándonos a entrar.


Después del desayuno nos marchamos de excursión a un par de pueblos que están muy cerquita. Primero llegamos a Coatepec, un pequeño pueblo de montaña que es conocido por que produce un café de mucha calidad. Cuando vas paseando por el pueblo de vez en cuando llega un olor a café molido muy agradable. Dimos un paseo por la ciudad, de la que me impresionaron los aleros de madera de las cubiertas, que tienen un ancho de un metro y medio aproximadamente y sirven para proteger de las frecuentes lluvias. La plaza estaba muy animada y la música nos hizo lanzarnos a mi primer, y corto, baile público en México, nos marcamos unos pasos de una especie de pasodoble.


De hay nos marchamos a Xico, que es otro maravilloso pueblo de montaña en el que se encuentra la cascada de Texolo, de 80 metros de altura, y la Cascada de la Monja, que aunque más chiquita permite bañarte casi debajo de ella. La verdad es que los que estaban allá, mexicanos en su totalidad, no se bañaban pese al calor que hacía, sólo se sentaban en las piedras a ver la catarata. Lo primero que sorprende es que no llevan bañador y los que se atreven a bañarse lo hacen con la ropa y en zonas que no cubre. Yo no me pude contener y me bañe “a la europea”, con mi bañador y disfrute del agua fresquita y de un entorno único.


Este lunes he estado en Tlaxcala con Octavio, uno de los alumnos del Doctorado, que al ser de esa ciudad se ofreció a mostrarme su ciudad. Ha sido una visita muy agradable, es un placer disfrutar de las explicaciones y detalles de como alguien al que le apasiona su ciudad te la muestra, sus rincones, sus recuerdos… Ya os daré los detalles de esta reciente visita. 

De momento termino con la foto de mi baño en la Catarata de La Monja.


lunes, 20 de junio de 2011

ALREDEDORES DE PUEBLA Y OAXACA


Como os adelanté, paso a contaros lo que hicimos la semana pasada, entre el 13 y el 19 de junio, aprovechando los huecos que me dejaron las clases, y así consigo ponerme al día en esta especie de diario de viaje. Pero empezare un poco antes, el domingo 12 que estábamos en Puebla, y decidimos visitar el entorno de la ciudad. Concretamente Cholula, Tonantzintla y Acatepec, tres pueblos que están muy cerca y te permiten una escapada de un día y disfrutar de unas maravillas, os cuento los detalles. 

Cholula es una ciudad que ha sido engullida por Puebla, se ha producido un proceso de conurbación entre ambas ciudades que hacen imposible reconocer los límites de ambas urbes, ya que son prácticamente una. En Cholula se encuentran los restos de la pirámide más ancha del mundo, de la que sólo se pueden apreciar unos pequeños restos de la base. Sobre el montículo que existe, que tiene la forma de lo que debió ser la pirámide, existe una Iglesia desde la que las visitas del entrono son muy bonitas, merece la pena la dura subida. En el pueblo esta el antiguo Convento de San Gabriel, en el que existen varias iglesias y, la ser domingo estaban llenas de gente escuchando la misa y “viviendo” las iglesias de un modo muy intenso pero a la vez natural. Os muestro una de los puestos que había en la subida a la iglesia en la que te ofrecían comer chapulines fritos (saltamontes), justo lo que tiene la vendedora junto a su antebrazo en cajitas metálicas, que es la medida que utilizan.


Después de comer en el zócalo nos fuimos a un pueblito cercano, Tonantzintla, en el que nos habían comentado que existía una pequeña joya escultórica, el templo de Santa María. Fue realmente conmovedor poder disfrutarlo, sin lugar a dudas una de las iglesias que más me ha conmovido de todas las que he visitado en toda mi vida. Además la visita fue especial porque estaba Martín y su hermano que nos hicieron de guías, que aunque se confundían un poco y creo que se inventaban algunos datos, fue muy agradable sus forma de contar la historia.


Creo que me gusto tanto sobre todo por su escala, es chiquita, parecida a los templos románicos del Norte de España lo que hace que te sientas arropado. También la decoración contribuye al estar llena de relieves y figuras de estuco que representan de forma muy colorida santos, demonios, flores, frutas, pájaros (se mezclan en un mismo templo figuras de la tradición cristiana e indígena). Por todo ello se le conoce como el lugar de la mayor expresión del barroco indígena. Desde mi punto de vista es una obra que, como ya he dicho, por su escala (mucho más humana) y por sus relieves, que sin ser perfectos trasmiten autenticidad, alegría y vida, te llena de paz y sosiego.


No me dejaron hacer fotos, pero os muestro una imagen de una de las figuras de la fachada y otra del vestíbulo del templo, que hice desde el exterior, pero lo realmente emocionante es el interior. Si os interesa podéis ver en Internet algunas imágenes más, pero creo que lo que conmueve es estar allí rodeado de todas esas piezas que parece que te abrazan.


Fijaros como me habrá gustado la iglesia que este pasado domingo regrese con Dina, que no había estado y me apunte a acompañarla de nuevo. Después de disfrutar de nuevo de la visita a Santa María, nos pusimos a andar por el pueblo y descubrimos en una calle unas decoraciones para acceder a una capilla de la Virgen de los Remedios, fue un placer cruzar debajo de esos elementos decorativos con tanta vitalidad y colorido.


Pero regresemos a la semana pasada, el lunes y martes nos fuimos a Oaxaca, pero esta vez en un auto que rentamos para disfrutar del entorno de la ciudad, lo que denominan como los Valles Centrales que esta lleno de pueblos indígenas. La ciudad de Oaxaca continua tan bonita y casi perfecta como siempre y nos alojamos en mismo hotel, “Las Azucenas”, donde pude volver a disfrutar, en esta ocasión con Manolo, de un maravilloso café matutino en la terraza, rodeados de plantas y de vistas de las cubiertas de las casas e iglesias de la ciudad.

Pero para no repetir lugares os cuento directamente nuestra primera visita de las afueras de la ciudad, la mañana del 14 de junio, que fue a las ruinas de la antigua capital zapoteca de Monte Albán, que se ubica en lo alto de una colina, controlando todo el territorio circundante. Fue ocupada por primera vez en el año 500 antes de Cristo. Los zapotecos alcanzaron un elevado nivel cultural y fueron, junto con los mayas, el único pueblo de la época que desarrolló un sistema completo de escritura.


Después nos fuimos dirección el Valle de Tlacolula, buscando el pueblo de Mitla. El día antes vimos en la guía que recomendaba un lugar cercano a Mitla que se llama “Hierve el agua”, en el que existen unas piscinas naturales en un entorno natural privilegiado. Pese a que había que recorrer unas 15 kilómetros por un camino de tierra nos animamos a ir y mereció la pena. Se trata de unas fuentes naturales de agua que por su contenido de minerales al caer durante años ha dado lugar a unas formaciones que se asemejan a unas cascadas heladas. Pero además de las formaciones destacan dos piscinas en las que nos pegamos un buen baño, como podéis ver en la foto.


Después del baño nos acercamos al pueblo de Mitla, en el que existe otro yacimiento arqueológico con unas edificaciones en las que destacan los mosaicos de piedra, que son únicos en México. Sobre parte del yacimiento se construyó una iglesia en la que, como podéis ver tienen una buena reserva de agua bendita. Las iglesias acá son mucho más humanas y cercanas, ya que representan a los que acuden a ella, y puedes encontrar cualquier objeto de los que están en la iglesia, en esta ocasión la bici. También fijaros en el depósito del agua bendita, como veis si no se dispone de un elemento más decorativo o histórico para depositarla se acude a lo que se tiene a mano, en este caso el deposito de PVC, que al menos garantiza unas importantes reservas de ese bien.


Después de visitar algún pueblo más tomamos el camino de regreso a Puebla. El miércoles 15 por la mañana, como no teníamos que devolver el coche hasta el mediodía, decidimos acercarnos a Izúcar de Matamoros, un pueblo a unos 70 kilómetros al sur de Puebla, en el que existen unos cuantos artesanos que se dedican a elaborar unos maravillosos árboles de la vida. Son piezas de barro policromado que se realizan desde hace aproximadamente 250 años, de generación en generación, para utilizarlos esencialmente en actividades religiosas. Yo los descubrí en el Centro de Artesanía de Puebla donde trabajan mis amigas hispano-pueblanas; Pati y Dina. Después de muchas dudas, motivadas esencialmente al tamaño, lo frágil de la pieza y también un poco al precio, no pude contenerme y lo compre el otro día y ya esta en España, esperándome a que llegue y la desenvuelva para colocarlo en un lugar especial de mi casa. Es una árbol de ofrenda elaborado por Alfonso Castillo Orta.


Estuvimos en su taller y en el de Tomas Hernández, del que os muestro una imagen en la que podemos ver cómo trabajan estas piezas tan especiales y únicas, pintando un cáliz para alguna iglesia cercana. Aunque fue complicado encontrar los talleres nos gusto tanto la visita que casi tenemos que pagar un día más por el coche, ya que llegamos tarde a entregarlo. Pero en esta ocasión el de la empresa se portó muy bien y fue comprensivo, por lo que le dejamos una propina de 50 pesos mexicanos.

Al regresar Manolo a España el viernes 17, ya me quede de nuevo sólo acá en Puebla. Ya me queda menos de un mes de estancia y ahora es cuando estoy realmente integrado y empezando a descubrir a los mexicanos. Este fin de semana pasado decidí quedarme en casa para descansar y disfrutar del departamento, ahora ando preparando las próximas clases del curso de los miércoles y, entre hueco y hueco de la preparación de las clases, os he escrito hoy.

sábado, 18 de junio de 2011

UNIVERSIDAD

Quizás este escrito sea un poco pesado para los que no os dedicáis al urbanismo, ya que voy a comentar mis experiencias académicas en la Universidad y hablaré, un poco, de cuestiones tan complejas como la ordenación del territorio y el crecimiento de nuestras ciudades. Ya sabéis que la justificación esencial para vivir esta experiencia vital fue colaborar como docente en la BUAP (Benemérita Universidad Autónoma de Puebla) cuyo lema, que aparece en todos los documentos oficiales, es “Pensar bien para vivir mejor”. Quiero haceros participes de cómo me siento en la Universidad y como esta discurriendo esta colaboración académica.

    FACULTAD DE ARQUITECTURA DE LA BUAP
     Foto: MANUEL VALLEJO

La verdad es que entre la adaptación inicial al país y a la ciudad, y las posteriores visitas de mis amigos de España no he tenido tiempo de dedicarme de lleno a la Universidad; únicamente, que no ha sido poco, he preparado las clases que he tenido que impartir y las colaboraciones que me han solicitado. Por ello en estas próximas semanas me gustaría ponerme a estudiar un poco de la práctica actual del urbanismo en México, para lo que ya han quedado en prestarme alguna bibliografía.

Comentaros que el Campus de la BUAP es muy agradable, se encuentra en la zona sur de la ciudad (a unos 4 kilómetros del centro, donde vivo) y para llegar desde casa he de tomar una camioneta (que es toda una experiencia, ya que son muy variopintas y además permiten ver la realidad social de Puebla). El Campus me recuerda bastante, por su escala y forma, al de Almería, no es muy grande y son edificios un poco dispersos de un máximo de tres plantas. La Facultad de Arquitectura tiene unas instalaciones muy buenas, me han prestado un cubículo (despacho) por si quiero trabajar allá, pero lo estoy utilizando poco ya que en casa tengo acceso a Internet y eso facilita mucho poder trabajar en mi departamento pueblano.

                                           Edificio La Monja, FACULTAD DE ARQUITECTURA DE LA BUAP
                                           Foto: MANUEL VALLEJO

El edificio más simbólico de la Facultad de Arquitectura se conoce como “La Monja”, nombre que se debe a su cubierta se parece a un sombrero de monja, de esos en forme de pico hacia arriba (no se si sabéis al que me refiero). El esquema del perfil del edificio es el logotipo de la Facultad.

Entrando ya a comentaros las actividades que me han traído acá, eran inicialmente dos: en primer lugar participar en el Programa de Doctorado de Procesos Territoriales (que se compone de un Seminario de Epistemología y de los correspondientes Talleres de seguimientos de las Tesis Doctorales de los alumnos y en segundo lugar ser profesor en la Maestría de Ordenamiento Territorial. El Programa del Doctorado tiene una carga docente muy extensa, ya que durante los semestres los alumnos han de asistir a clase todos los viernes durante tres horas en los que el cuerpo docente comprueba el avance de sus trabajos. También hay una presencia muy importante de docentes, somos seis docentes y seis alumnos, y a veces tantas versiones creo que pueden desorientar al alumno.

El Seminario de Epistemología esta siendo muy interesante, se desarrolla en dos formatos: uno de conferencias en las que yo he impartido dos; la primera sobre mi Tesis Doctoral (que, por lo que me comentan les intenso muchísimo, ya que los alumnos están metidos de lleno en ese cometido) y la segunda sobre las experiencias recientes en España de Urbanismo Sostenible, concretamente me centre en analizar el Libro Blanco del Planeamiento Urbanístico en España de noviembre de 2010 (en el que un grupo de expertos orientan y aconsejan sobre cuales han de ser las nuevas sendas de la legislación urbanística en España) y por otro el Proyecto de Indicadores de Sostenibilidad en el Planeamiento Urbanístico (que han elaborado desde la Agencia de Ecología Urbana de Barcelona, dirigida por Salvador Rueda). Esta última propuesta es una experiencia que me parece muy gratificante y que, al menos a mi, me llena de esperanza ya que nos orienta y pone cifras a cuales han de ser los límites de los nuevos crecimientos urbanos, desde una perspectiva de la sostenibilidad. Fue muy enriquecedor para ellos conocer esta propuesta, tan reciente e innovadora, que reflexiona sobre el reto tan complejo que tenemos los urbanistas de cambiar los actuales modelos de planear la ciudad.

Una de las conclusiones a la que estoy llegando, de lo compartido en los debates tras mis exposiciones, es que tenemos los mismos problemas urbanos (corrupción, falta de planificación, demasiada presión de los agentes privados, etc…), pero a diferente escala.

Por otro lado en el Seminario de Epistemología se proponen lecturas; el responsable es uno de los profesores, que realiza una exposición del contenido del libro y, posteriormente, cada alumno ha de realizar una mini exposición de cómo le afecta esa lectura a su trabajo de investigación.

Las lecturas y debates a los que he tenido el placer de asistir han sido los siguientes:

“El Nuevo Urbanismo” de Francois Asher, libro que yo había leído hace unos años e incluso había utilizado para mi Tesis. Siempre es interesante releerlo y escuchar lo que opinan los demás sobre sus propuestas. Es un libro que esencialmente expone la necesidad de cambiar las formas actuales de hacer y proyectar la ciudad.

“La Ciudad Conquistada” de Jordi Borja, es un libro muy extenso y, teniendo en cuenta eso, se repartieron los capítulos entre los alumnos. La verdad es que yo ya conocía las propuestas de Jordi Borja a través de artículos en revistas y prensa nacional. Sus propuestas se basan en animar y exigir una reacción de la ciudadanía y de los profesionales, radicalizando la crítica a las realidades urbanas inadecuadas. Sostiene que la ciudad es la realización humana más compleja, lo que nos da una idea de lo complejo de los procesos urbanos y por tanto de la tarea que tenemos encomendada los urbanistas. También expone que no nos encontramos ante la crisis de la ciudad sino ante el desafío de hacer ciudad, que esta muy relacionado con lo que he comentado anteriormente. Los comentarios de este libro serán el próximo 24 de junio, que es cuando concluye este semestre del Programa de Doctorado. Me da pena que se termine, me gustaría que continuase hasta el final de mi estancia pero los alumnos necesitan un descanso que se tienen más que merecido.

En relación a la Maestría de Ordenamiento Territorial en principio iba a participar como un docente en las clases, pero como el curso se acababa a final de mayo, me propusieron organizar un Seminario de Actualización Disciplinaria titulado “La planeación territorial: una perspectiva española”, que imparto yo sólo. Se inició el pasado miércoles 8 de junio y concluye el 13 de julio (serán 6 tardes en las que me han pedido que les trasmita a los alumnos la situación actual de la planeación urbana en España). Ya hemos celebrado dos sesiones y creo que los alumnos están contentos, y además hay una participación muy activa lo que enriquece enormemente el debate. Os adjunto una foto en la que estoy junto a uno de los carteles que anunciaban el curso, así como un detalle del mismo.


También me han propuesto participar en algún otro proyecto, concretamente colaborar en la redacción de algún plan de ordenación de algunos ámbitos del Estado de Puebla. Son proyectos que están iniciándose y ya veremos como se materializa mi participación, en alguno de ellos puede que exista alguna continuidad y que les pueda continuar apoyando, incluso desde España.


Espero no haber sido muy técnico ni haberme regodeado con mis temas pero me apetecía contaros también esta importante parte de mi estancia en México.

domingo, 12 de junio de 2011

REENCUENTROS: EL DF Y CARIBE MEXICANO

Para garantizar que nuestra amiguita tomase la “calavera” rumbo a la Península Ibérica tuvimos que hacer noche en el DF, donde cenamos en “El Popular”, nuestro bar favorito de la ciudad. Es un lugar lleno de mexicanos comiendo a todas horas y mucha cantidad de comida. Los desayunos son impresionantes, después del café y el plato de fruta se atreven con un plato de “huevos al gusto” que siempre va acompañado de puré de frijoles, o quesadillas o tacos… Nuestros desayunos son más frugales: un café, algo de fruta y un “pan dulce” (que es como llaman a cualquier pieza de bollería que, por cierto, están muy buenas).

A la mañana siguiente nos dirigimos a visitar la Casa de Luis Barragán pero no fue posible ya que era necesario concertar la visita previamente, una pena, pero lo intentare en mi próxima visita a la ciudad. Luis Barragán es un arquitecto Mexicano que nació en 1902 y que prestó una atención especial al paisaje y los jardines; una de su referencias fueron los Jardines del Generalife, que visito en su viaje fin de carrera. De su obra destaca que es una arquitectura racionalista, cúbica, simple y desnuda, en la que llaman mucho la atención los colores y las texturas. Su obra la estudiamos en profundidad en la Facultad de Arquitectura de Sevilla, donde estudie, y nos dejó una huella especial gracias a Jose y la exposición que realizó sobre su obra, que fue inolvidable. Os adjunto una imagen de una de sus obras más conocidas, la Cuadra de San Cristobal.

                                Cuadra San Cristobal, Mexico DF
                                           Fuente: irmaclave22.blogspot.com

Ese contratiempo nos obligó a cambiar nuestros planes y nos dirigirnos al Museo de Antropología del DF (estábamos muy cerca, a tan solo una parada de metro), un museo muy interesante con una colección de esculturas prehispánicas impresionante. El museo se articula entorno a un patio muy agradable y con una gran fuente central que refresca y hace muy acogedor el espacio.


Después del museo pateamos un poco la ciudad, concretamente los barrios próximos al mismo. Al día siguiente nueva visita a los murales de Diego Rivera, el repetir lugares siempre aporta nuevas sensaciones y descubrimientos, uno se fija en detalles que en otras ocasiones no había recabado. Os acompaño otra imagen de los murales que Diego pintó en la década de 1920 con la intención de trasmitir otra forma de entender la identidad nacional méxicana.


Y a media mañana del día 3 de junio nos fuimos al aeropuerto a tomar un vuelo interno. Se trataba de cumplir una de las espinitas que se me quedo clavada en mi viaje por México de hace unos años, cuando estuvimos Sepe, José, Pablo y yo. Concretamente bucear en uno de los lugares más impresionantes del mundo: los arrecifes de la isla de Cozumel. Es un lugar de buceo de reconocimiento internacional desde 1960, cuando Jacques Cousteau  mostró al mundo los espectaculares arrecifes de esta isla, es los documentales que todos hemos disfrutado. En el otro viaje sólo buceo Pablo y los demás nos quedamos en la superficie con nuestras simples gafas y tubos; la imagen de los buceadores 20 metros más abajo entre arrecifes y peces de todos los colores y dimensiones fue la que me animo a realizar el curso de buceo en cuanto regrese, ese mismo año, a mi Almería natal.

Sueño cumplido: el domingo 5 de junio a las 9 de la mañana, hora local, estaba emplazado en la lancha para dirigirnos al Parque Natural y lanzarnos al agua. Volví a bucear con “Deep Blue”, ya que en la otra ocasión me dieron muy buena impresión. Me toco en una barca rodeado de americanos, concretamente 7 americanos hiperprofesionales (con todo tipo de equipamiento) y yo solico con todo “de prestado”. Hicimos dos inmersiones de 45 minutos y fueron inolvidables, vimos tortugas, rayas, un tiburón y múltiples peces, de todos colores……… Como no puedo trasmitiros en imágenes lo vivido os muestro alguna imagen de Internet sólo como referencia, pero os animo a todos a disfrutar de los mundos submarinos.

                                           Fuente: http://es.wikipedia.org/wiki/Departamento_de_Comercio_de_los_Estados_Unidos

Nos alojamos en Playa del Carmen, el lugar que más me gusta de la Ribera Maya, en el propio pueblo, con playas públicas por donde pasean y se mezclan todos los que residen; méxicanos, americanos, canadienses, italianos……. y muy pocos españoles, será la crisis!!!!! El hotel era una preciosidad, con cabañas de dos plantas con unas habitaciones amplísimas y dando a un jardín que era un remanso de paz. Recuerdo sobre todo el silencio y lo bien que descansamos los cuatro días.


Los dos primeros días fueron un poco raros, climatológicamente hablando, llovió bastante, pero los dos últimos días fueron muy buenos con un sol radiante que hacia que el azul del mar tomase múltiples tonalidades. Uno de los días de lluvia nos aceramos a Tulum, unas ruinas mayas muy chiquitas que están a 50 Km al sur de Playa del Carmen y que impresionan por su emplazamiento, justo en primera línea de playa junto a un pequeño acantilado y entre dos calas donde la gente se puede bañar.


Apuramos hasta el último momento para dejar la habitación del hotel (hasta las 2 de la tarde) ya que el avión de regreso a Puebla salía a las 6 desde Cancún. La verdad es que moverse en autobús en este país es muy muy fácil, como ya os comente hay mucha frecuencia y son muy cómodos. Tras dos horas de vuelo llegamos a Puebla, que era una escala del vuelo que tenía destino final Tijuana. Como el aeropuerto esta a 20 km de la ciudad hay que tomar un autobús o una comby, cuando íbamos para el autobús nos abordó uno de una combi ofreciéndonos que por el mismo precio nos llevaba a una estación que está más cerca de casa. Una vez llena la combi salimos y empecé a mosquearme porque lo escuchaba hablar con una pasajera diciéndole que iba primero a otra estación (lo contrario de lo que me había dicho). Al final altero el recorrido y paso primero por la CAPU (Central de Autobuses de Puebla), lo que retrasaba la llegada a casa. Cuando indignado se lo digo empieza a poner escusas; afortunadamente un par de mexicanos también se molestaron por el engaño y cuando llegamos a nuestro destino no le pagamos lo acordado, espero que le haya servido de escarmiento y no vuelva a hacérselo a otros pasajeros. Me da mucha rabia que te digan lo que quieres oír y luego hagan lo que quieran, y sobre todo que esa actitud no tenga consecuencias y más cuando estaba claro lo acordado (en este caso el idioma no es un ninguna barrera).

Por fin llegamos a casa, a eso de las 10 de la noche, y nueva sorpresa: habían cortado la luz. Otra experiencia, buscar velas en Puebla a las tantas de la noche. Pensemos en lo bueno, que esa noche disfrutamos mucho de las vistas de la ciudad acompañados de la luz de dos velas (os adjunto una imagen de la vista desde el salón del departamento). El problema se solucionó a la mañana siguiente y hemos estado desde el miércoles disfrutando de Puebla. El miércoles se inicio el curso que han organizado en la BUAP que imparto yo sólo, todos los miércoles de 18:00 a 20:00 horas sobre planificación territorial, hay unos 15 alumnos inscritos y el primer día fue muy bien, creo que todos quedaron muy contentos. Un día de estos os comento que tal la experiencia académica, que esta siendo muy enriquecedora.